En el ámbito académico hay una teoría financiera que dice que la relación entre rentabilidad y riesgo es positiva, es decir, a mayor rentabilidad, mayor riesgo, y viceversa. Esto podría ser equiparable a cualquier ámbito de la vida. De forma general, las cosas que más nos cuestan, aquellas que son más arriesgadas, son las que mayor satisfacción nos dan.
Pensar que algo con poco riesgo nos reporta muchos beneficios suena a ciencia ficción pero, ¿es posible? La respuesta es sí, se podría conseguir mayor rentabilidad con menor riesgo.
Una de las formas más comunes de que esto suceda es invertir en empresas, a ser posible de calidad. Este hecho ha demostrado que se puede alcanzar mejores rentabilidades que el resto del mercado con un nivel de riesgo muy inferior.
Ahora bien, ¿qué tipo de negocios podemos decir que son de calidad? ¡Te damos algunas pistas para que puedas detectarlos!
Crecimiento de ingresos
Damos prioridad al crecimiento orgánico de los ingresos que a cualquier otra métrica de la cuenta de resultados.
Rentabilidad
Cierto es que de poco sirve el crecimiento si no es rentable. La métrica más importante para ello es el retorno sobre el capital empleado (ROCE).
Ventajas competitivas
La ventaja competitiva es la clave para mantener lejos a la competencia. Por eso es importante saber que cuanto más tiempo logre un negocio mantener un ritmo de crecimiento alto y una rentabilidad atractiva, mayor será el valor que consiga generar para sus accionistas a largo plazo.
Estructura financiera
Es vital importancia para garantizar la supervivencia de la empresa. Nos Permite hacer frente a etapas de incertidumbre y/o aprovechar oportunidades de inversión para seguir creciendo.
En resumen, podemos considerar como empresas de calidad aquellas que crecen de manera recurrente en cualquier entorno de mercado y que, además, obtienen retornos atractivos. Por otro lado, y como hemos mencionado, sus ventajas impiden que entren nuevos competidores al mercado.
Este tipo de empresas son, en definitiva, más seguras y nos permitirán alcanzar mejores retornos.
Asimismo, lo que realmente puede preocupar es el riesgo. Si has escogido bien la empresa, no tienes de qué preocuparte ya que cuentan con una estructura financiera sólida, pueden ofrecer mejores productos o servicios y, por supuesto, cuentan con un modelo de negocio capaz de funcionar en cualquier entorno de mercado.
Tanto es así, que en plenas crisis económicas, incluso sanitarias como la que estamos pasando, son precisamente este tipo de empresas las que suelen salir más reforzadas, capaces incluso de obtener mejores datos en la cuota de mercado.
Sin embargo, la valoración es un factor que tienes que apreciar si quieres invertir en una empresa, ya que puede resultar un error si pagamos demasiado por ella. Para ello, ten en cuenta siempre el entorno de mercado.
De cualquier forma, saber que invertir en empresas es una buena opción nos permite abrir nuevas vías de negocio. Recuerda que este tipo de empresas nos dan la posibilidad de alcanzar mejores retornos asumiendo menor riesgo a largo plazo. La mejor estrategia en términos de retorno/riesgo ha sido y seguirá siendo la inversión en compañías excelentes a largo plazo.